miércoles, 6 de mayo de 2015

Un poco de historia


Pazos de Arenteiro es una parroquia del concello ourensán de Boborás. Situada en la confluencia de dos ríos conocidos en la comarca, el Avia y el Arenteiro. Es un pueblo muy conocido por los turistas interesados en la naturaleza y la historia. Muchos de estos acuden a él por ser Conjunto Histórico-Artístico y poder visitar todos los antiguos pazos señoriales que allí se encuentran. En él los visitantes pueden recorrer sus calles empedradas, flanqueadas por las residencias señoriales que le dan nombre. A lo largo de su historia, en plena ruta del Ribeiro, ha conocido una y otra vez el esplendor y la caída. Los gobernadores de la plata o argentarios llegaron a la aldea con un único fin: extraer del río Arenteiro el preciado metal que se dice que arrastraban sus aguas.



Como sucede en toda la comarca de Ribeiro, la vendimia en esta aldea es uno de los eventos más destacados de su calendario. Desde finales de septiembre hasta comienzos de octubre, muchas personas se acercan hasta esta población para ver a los viticultores recolectar los racimos de uvas blancas y tintas que se utilizan para elaborar los famosos caldos de la zona. Ya en el Renacimiento, la nobleza del vino generó gran riqueza gracias a los caldos del Ribeiro por lo que construyeron numerosas casas blasonadas que todavía se contemplan hoy con asombro. También los caballeros de Malta fueron auténticos señores de la villa recaudaron impuestos y gestionaron sus asuntos. A principios del siglo XXI, diversos proyectos gubernamentales buscaron convertir Pazos de Arenteiro en aldea turística. Argentarios, nobleza, caballeros de Malta, ayuntamientos. Todos ellos pasaron por aquí y se fueron, consumidos por el paso del tiempo o la desdicha. Por eso, cuando uno llega a la aldea la encuentra silenciosa, recogida, tremendamente hermosa en su sencillez de piedra. Al visitante lo reciben la Casa de Arriba, Casa y Granja de O Mato, Pazo da Encomenda (antigua propiedad de la Orden de Malta), Casa do Ouro, Pazo de Cervela, Pazo de Feixóo, Pazo do Currelo, Pazo dos Tizón y Pazo de Laxas. En la parte más elevada del núcleo urbano, la Casa de Arriba, enorme y abandonada, destaca por sus tres chimeneas labradas que guardan una curiosa historia: en sus orígenes fueron cuatro las que coronaban este sobrio edificio, pero hubo que derruir una para cumplir la normativa que prohibía que cualquier casa tuviese más chimeneas que el Palacio Real.



El pazo de la familia Cervela, por su parte, sigue guardando la memoria del que fue el más importante linaje de la comarca, mientras que el Pazo da Encomenda acoge hoy un alojamiento de turismo rural, recién restaurado y muy cómodo. Conviene acercarse también a la casa del médico, situada al lado del río y cuyo jardín mantiene una hermosa decrepitud. La mayoría de estos edificios fueron erectos en la etapa de mayor esplendor de la aldea, entre los siglos XVI y XVII. Algunos de ellos cuentan con bodega propia, y otros incluyen capillas y hórreos.



Durante la Edad Media, Pazos de Arenteiro se convirtió en una de las principales encrucijadas que conducían desde el interior de Galicia a la costa y a Santiago de Compostela. Declarada conjunto histórico-artístico en 1973, sus menos de cien vecinos no han conocido épocas tan bulliciosas. El centro de la aldea es hoy la iglesia de San Salvador, vinculada a la Orden de Malta, románica del siglo XIII, que pertenecía a un antiguo monasterio.En su interior existe una muestrad de imágenes de Nuestra Señora de los Ángeles, San Bartolomé y San Juan Bautista, mientras que bajo su suelo se pueden contemplar varios sepulcros de personas que fueron aquí enterradas tras obtener este derecho pagando cierta cantidad en vino.



Una visita a Pazos de Arenteiro también sería poder ver su entorno, de árboles tan monumentales como el propio conjunto de pazos, y festoneado por puentes que encierran historias centenarias. Casi a las puertas de la aldea, A ponte da Cruz es el más antiguo. Desde aquí puede recorrerse el sendero que conduce hasta el Pozo dos fumes, una ruta de senderismo entre potentes cascadas y ejemplo de la naturaleza gallega en estado puro. Quienes tengan todavía más ganas de caminar, pueden tomar el sendero de poco más de once kilómetros que une O Carballiño con Pazos de Arenteiro y continúa hacia la villa medieval de Ribadavia, otro de los núcleos con más historia de la zona.



Recomiendo visitarlo en Verano ya que en esta época es cuando se puede hacer coincidir el viaje con dos importantes festividades en la cercana Ribadavia: la fiesta del vino del Ribeiro, en julio, y la Festa da Istoria, en Agosto, que retrotrae la villa a su pasado medieval. Se podría dormir en Pazo da Encomenda, una antigua casa rectoral que combina la piedra tradicional con elementos decorativos de vanguardia, y en Viña Meín, en el lugar de Meín, un pazo del siglo XVIII con viñedo.





1 comentario:

  1. Buenas Fatima! Me encanto toda la informacion que publicaste1 Me podria contactar contigo?

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